lunes, 9 de abril de 2012

Día del libro [sin titulo]

-Manolo he encontrado algo.
-Eso es bueno, por fin encontramos algo en estas viejas minas.
-Es un ataúd, y dentro hay una piedra roja, ¿será un rubí?
-No lose, mira esto también hay un manuscrito, ¿que pone? léelo.
Soy Huracán, o al menos así me llamaban cuando estaba en el instituto, ya que es ahí donde empieza mi historia. Yo era muy callado y los demás compañeros me tenían apartado, nunca me invitaban a nada y nadie se dignaba a hablarme. Todos los días pasaban como una repetición del anterior aunque antes no era así. En primaria todo era diferente tenía muchos amigos y no paraba de divertirme con ellos, el día que cambio eso fue el primero del instituto, fue el día que ocurrió el gran desastre... ese día cambio el transcurso de mi vida hasta entonces. Sabiendo esto empezare a contaros mi historia.
Todo empezó cuando yo estaba a finales de la secundaria era de noche y estaba solo en casa escuchando música cuando escuche un ruido proveniente del jardín, una especie de explosión, baje corriendo para ver que lo había producido y allí lo vi dentro de un pequeño hoyo en el suelo, una piedra roja que brillaba con el brillo de la luna, mire al cielo y lo vi despejado no había ningún avión ni nada parecido, no era posible que hubiera caído desde ahí pero había echo un agujero bastante grande no podía haber caído desde poca altura, de pronto mire la piedra y deje de pensar en todo eso, su brillo me alucinaba era casi hipnótico quizá fue por eso que deje de darle vueltas lleve la piedra a mi cuarto y me acosté, en ese momento no lo sabía pero esa piedra realmente era un regalo del cielo.
Esa noche pensé mucho sobre mi vida siempre arrepintiéndome del accidente que la destrozo, maldiciéndome una y otra vez hasta que casi susurrado dije "ojala pudiera volver y cambiarlo"  entonces la piedra empezó a brillar y en un brillante instante me vi en el instituto de día aun con el pijama puesto y me escondí rápidamente en unos arbustos del patio avergonzado por que nadie me viera, creí que eso solo era la gota que terminaría de rebosar el vaso de mi desgracia y de repente me vi a mi cuatro años más joven entrando al instituto, recordaba bien ese día, el día que empecé el instituto. Yo llevaba una sudara azul y una gorra roja la cual no volví a ver más desde ese día, poco después de verme ahí delante de mis narices cuatro años más joven y sabiendo que mi yo pasado se dirigía a su oscuro destino salí del shock y me di cuenta verdaderamente de lo que estaba pasando, "había viajado en el espacio tiempo hasta el pasado" ¿eso era posible? ¿como había sucedido? ¿sería un sueño? y entonces lo vi delante del arbusto en el que me escondía estaba tendido en el suelo la piedra roja caída del cielo, inconscientemente alargue el brazo para cogerla pensé que si de verdad había viajado al pasado y esa piedra lo había hecho conmigo seguramente sería la responsable hasta entonces no caí, pero gracias a eso podría cambiar mi pasado y conseguir que mi vida no fuera tan horrible, sin pensarlo dos veces y en el momento en el que todos los alumnos entraron al colegio salí corriendo rodeando el colegio hasta llegar escondido a la ventana de la clase en la que estaba, "primero A" ya que los de primero y segundo estaban en la primera planta no fue difícil esconderme sentado debajo de la ventana hasta que llegara el momento.
La campana había sonado la segunda hora acababa de terminar y era el momento. En la tercera hora todo cambiaria, en el momento en el que decidí ir al servicio, aun tenía tiempo, no iría hasta pasada un poco la media hora de clase y entonces me di cuenta de que se me había olvidado lo más importante lo que haría cambiar mi futuro lo que necesitaba para cambiarlo era... "papel higiénico".
En ese momento todo lo que paso ese día me vino como una especie de revelación en mi cabeza; el día anterior a ese mi madre me puso de comer su riquísimo potaje que a mí me encantaba por entonces y repetí tres veces, recordé que no me dio por ir al servicio hasta este momento y una vez allí después de diez minuto soltándolo todo me di cuenta de que no había papel higiénico, por aquel entonces yo era tan ingenuo que al ver que no había nadie decidí ir al baño de las chicas para cogerlo y con todo bajado salí dando saltos hasta allí con la mala suerte de que al salir a cruzar el pasillo hasta allí toco la campana, entonces me paralice y todos los chicos que iban saliendo de sus clases para el recreo me vieron y empezaron a reírse de mi, al poco tiempo lo alumnos mayores que estaban bajando también me vieron y así todo el colegio se rio de mi mientras yo avergonzado y tirando en el suelo lloraba sin que nadie sintiera lastima de mí lo único que quería en ese momento era desaparecer. No me gusta contar esto pero ya que escribo mi historia quiero que lo sepáis todo, está bien, continuare... Al darme cuenta de esto fui corriendo al supermercado de enfrente del colegio a comprar un rollo de papel higiénico, al entrar el dependiente me estaba mirando raro, tarde un poco en darme cuenta de que era por el pijama aunque pensé que ya después encontraría la forma de volver al futuro con la piedra que tenía guardada en el bolsillo por lo que daba igual que me vieran o lo que pensaran de mi cuando volviera nadie lo recordaría. Cuando tenía el rollo en la mano me percate de que no llevaba dinero encima así que aproveche cuando el dependiente entro un segundo al almacén para salir corriendo con el rollo en la mano y llegar justo a tiempo al colegio un poco antes de que mi yo pasado llegara al lavabo entre por la ventana de este y puse el rollo en el baño que sabía que iba a entrar, luego volví a salir y simplemente espere... al poco tiempo entro mi yo pasado y a los diez minutos salió volvió a clase y casi instantáneamente sonó el timbre del recreo. Lo había conseguido pensé, había cambiado el transcurso del tiempo. Estaba muy contento me saltaban las lagrimas de alegría, ese momento fue precioso y también corto ya que fue interrumpido rápidamente por la risa de unos niños que se burlaban de un pirado que iba en pijama, ósea yo, me di cuenta entonces de que era verdad, estaba en pijama y en medio del recreo, no me daría tiempo a  recorrer el recreo hasta la puerta principal antes de que todos me hubieran visto así que casi sin pensarlo metí la mano en el bolsillo agarre con fuerza la piedra y dije en voz baja, "desearía volver al tiempo en el que estaba antes", entonces otro brillante instante apareció ante mis ojos y aparecí en mi habitación, comprobé la fecha en el reloj, eran las doce de la noche del mismo día que me había encontrado la piedra, había vuelto y lo había conseguido, después de saborear el momento abrí los ojos de repente dándome cuenta de que ese no era mi reloj de mesa, tampoco los poster que había en la pared estaban antes en mi cuarto y prácticamente nada de lo que había ahí estaba antes después del pequeño shock que me lleve me di cuenta de que era normal que no fuera igual, eso era la prueba irrefutable de que había conseguido cambiar mi vida.
Cuando aun seguía alucinado de lo cambiado que estaba mi cuarto alguien entro en casa, eso me resulto raro ya que se suponía que mis padres no volverían hasta mañana y nadie más tenía una copia de las llaves, segundos después pensé que a lo mejor como todo había cambiado mis padres volvían antes así que silenciosamente baje las escaleras y casi me da algo cuando vi quien estaba abajo entrando en la cocina medio borracho, "era yo", no me creía que pudiera ser posible, tenía el pelo más corto y parecía mas musculoso pero sin duda era yo. Con el corazón a cien volví corriendo a mi cuarto dudando de si de verdad me pertenecía y me puse a pensar, en ese momento me di cuenta, "no se puede destruir la historia y volverla a hacer como a uno le plazca","eso sería como matar a la humanidad y remplazarla por una nueva","parecida","pero no exactamente igual","la historia no se puede borrar a medida que avanza el transcurso del tiempo","no se puedo cambiar","lo que yo había echo era crear un universo paralelo en el que yo no la había cagado","pero en ese universo yo nunca habría visto la piedra o aunque la tuviera no habría tenido la necesidad de volver al pasado por lo que en este momento había dos Huracán","no éramos iguales","pero si éramos la misma persona", Deje de pensar cuando escuche que mi otro yo estaba subiendo las escaleras, sin pensarlo dos veces me escondí en el armario. Si fuera mi viejo armario hubiera estado mucho mas cómodo pero este en cambio tenía mucho ropa dentro comparado con los tres trapos que tenía antes. El Huracán de este universo entro en el cuarto tambaleándose, llego a la cama y instantáneamente se quedo frito. Después de unos minutos salí del armario y me quede delante suyo mirándole o también se podría decir que me estaba mirando a mí mismo, durante el tiempo que esperaba en el armario lo había estado pensando, "¿que debería hacer?" por mucho que volviera atrás ya no podría volver a mi universo aunque tampoco es que quisiera volver a esa horrible vida que llevaba pero al parecer tampoco podía quedarme aquí, no podían existir dos Huracán, seguro que a mi madre le hubiera dado algo, por eso me decidí, fui hasta la mesa de estudio que había en el cuarto cogí las tijeras y antes de darle mas vueltas degollé a mi otro yo, de un tajo rápido le raje todo el cuello su sangre salió disparada hacia todos los rincones de la habitación y se siguió desangrando hasta que lleno toda la cama y el suelo con su sangre. Acto seguido lleve a rastras el sangriento cuerpo de mi otro yo hasta el jardín dejando un rastro de sangre por el camino, luego cogí la pala de mi padre y empecé a cavar. Mientras cavaba me seguí preguntando, "¿estaba bien esto?","¿era ético?", seguramente nadie hubiera dicho que si, todos hubieran dicho que esto no está bien, pero... "¿eso sería de verdad lo que piensan?", esta es la única forma para alguien como yo de conseguir una vida normal, nunca nadie se enteraría de esto y claro esta tampoco se darían cuenta porque Huracán no había desaparecido, no había muerto para ellos yo seguía estando aquí,"esto está bien","era la única manera" pensé. Enterré el cuerpo allí y también toda mi ropa ya que aparte de que estuviera ensangrentada en este universo esta ropa no existía o al menos no era mía. Luego de tapar el hoyo limpie la sangre de mi cuarto y del rastro que había dejado el cadáver, también me rape el pelo ya que sería raro que en una noche me hubiera crecido tanto, era más normal que hubiera decidido cortármelo ya buscaría una escusa, lo único que quedaba era esconder la piedra en un lugar seguro pero como era tarde y estaba exhausto la deje en el cajón y me tire a la cama. Para mi sorpresa tenia tanto sueño que el hecho de haber matado a alguien no me lo quito. En medio de la noche me desperté me quede mirando al techo pensativo, "no veo nada malo en esto... está bien... era yo así que él hubiera hecho lo mismo pero... y si vuelvo a hacerlo... y si otro yo viene a este tiempo para sustituirme... a lo mejor esta mirándome en este momento".Salí de la cama de un salto y mire a mi alrededor, no había nadie pero estaba asustado, era imposible poder dormir así con estos pensamientos... con este miedo. Mire debajo de la cama por si me escondía allí, también en el armario pero tampoco había nadie ahí, luego pensé que si yo no tenía ningún motivo para cambiar nada en mi pasado mi yo futuro en teoría tampoco, pero eso no me quitaba el miedo, así que decidí hacerme una promesa a mí mismo, me prometí que enterraría la piedra en el jardín y no la volvería a usar bajo ningún concepto de esta forma evitaba que mi yo futuro viniera a reemplazarme. Después de hacer esto volví a la cama y seguí durmiendo aunque seguía estando un poco asustado.
Después de eso simplemente me acostumbre a mi nueva vida, conocí a mis nuevos amigos, mi nueva novia, me hice una nueva red social ya que no sabía la contraseña de la antigua y para mi agrado nada mas creármela tuve muchas peticiones de amistad, muchísimas, lo más complicado fue intentar explicar la nueva forma de ser que tenía el actual Huracán de este universo y el porqué había perdido los músculos.
Años después y siguiendo lo que decían mis amigos que yo he querido siempre ser me aliste al ejercito. Con los años conseguí un cargo de bastante rango pero ya con treinta años y viendo que el poder que tenia me parecía poco acabe por decidirme,"volvería a usar la piedra".
Volví a casa de mis padres a hacerles una visita y cuando conseguí que no me prestaran atención fui a desenterrar la piedra.
Al volver al ejercito y mientras me ponía el equipamiento recordé que me prometí no volver a viajar al pasado pero pensé que siempre que no me sustituyera mi yo pasado lo aceptaría así que cuando termine de preparar mi equipo, enfundaba la pistola y me ponía un rifle a la espalda dije "desearía ir a la edad media".
Antes de darme cuenta me encontré en medio de un prado, parecía que lo había hecho estaba en la edad media. Lo primero que hice fue dirigirme al castillo que se veía a lo lejos. Al entrar allí conseguí una audiencia con el rey y gracias a que en el colegio estudie latín pude hablar con él. Le conté que había venido del cielo y que yo era Dios hecho hombre para ayudarles a reconquistar España de los árabes. Después de esto todo paso muy rápido. Pude demostrarles rápido en el primer ataque al que asistí como me bastaba yo solo para eliminarlos, solo me costo un cargador y medio para acabar con todos los árabes. Cuando la península entera fue territorio Español la noticia ya se había expandido a todas partes, todos sabían del Dios que había bajado a ayudarles pero no me contente con eso, con mi poder seguí hasta conquistar toda Europa aunque bueno vosotros no lo conoceréis con ese nombre. Me había llevado un gran arsenal conmigo y siempre que era necesario dirigía a España en sus conquistas. Cuando obtuve media Europa los demás países se rindieron porque como ellos decían, no queremos ir en contra de Dios. Y así con mis sesenta y pico años escribo esta carta para que alguien algún día la lea y sepa mi historia. La historia "de cómo me convertí en Dios".
-Esto es increíble, si esto es verdad nos haremos famosos.
Entonces Manolo golpeo por la espalda a su compañero con una roca y este callo inconsciente al suelo
-Jajaja es mía... la piedra es mía -dijo Manolo  mientras no paraba de latirle el corazón con fuerza-. Es hora de que el mundo... conozca a su nuevo DIOS.

sábado, 17 de marzo de 2012

`v´

¿Dicen que el ser humano es libre?

¿Se equivocan?

Vivimos en una jaula que nosotros mismos hemos construido, nuestra sociedad nos encierra y nos controla, y nosotros ingenuos a esto creemos en libertad cuando en realidad estamos encerrados en una caja muy grande.

¿Puedes ir ahora mismo a cualquier lugar que quieras? Mentira
¿Puedes estar en cada momento con la persona que quieras? Mentira
¿Puedes hacer lo que quieras? . . . Mentira

La sociedad nos tienen encerrados y no nos damos cuenta, los que controlan la sociedad también están encerrados y no lo saben, entonces... ¿quién nos a encerrado? ¿ quién nos tiene aquí? eso pensaran los datos de un juego que nosotros tenemos programado.

Entonces, ¿quién nos tiene programado a nosotros?

Esta ahí...

lunes, 5 de marzo de 2012

Diario de un vago

La vagueza no es sino la necesidad de hacer demasiadas cosas.




Yo quiero correr, quiero pintar, quiero ver anime, quiero leer manga, quiero aprenderme un parapara, quiero leerme un manga, quiero jugar a un juego, quiero aprender a tocar, quiero...estudiar?
Ante la imposibilidad de hacer tantas cosas mi cabeza llega con mi cuerpo a un mutuo acuerdo, "no hacer nada".




Si me preguntáis alguna vez porque no quiero hacer nada,
es solo porque quiero hacer demasiadas cosas. T^T

miércoles, 30 de noviembre de 2011

^w^

Escalofríos, inseguridad impotencia esos fueros los sentimientos del momento mas duro de mi vida, sentía que mi lengua se atragantaba que no me salían las palabras veinte minutos de puro sufrimiento y miedo.
Entonces como si mi mundo cambiara en un instante, mi boca soltó unas ligeras palabras que se escabulleron como el aire.Entonces todo paro, mis inseguridades, mi cuerpo, el tiempo en si se paro en seco como si necesitara tiempo para analizar la información,seguido de un instante magico en que pude escuchar la palabra mas bonita de nuestro idioma "Si"
Y mi mundo dio un vuelco inesperado, de repente ya no sentía miedo, no estaba inseguro, solo podía sonrreir y disfrutar de lo precioso que puede ser la vida. Pasados los momentos mas difíciles de esta, llegaron los mas felices, rayos de calor y ternura invadieron mi cuerpo que no sabia como recibirlos, y... al contrario de el tiempo que había pasado antes, este fue rápido y pasajero, tanto que paso sin darme cuenta, pero a la vez sentí que pude disfrutar de cada segundo de ese maravilloso tiempo, ese tiempo que nunca olvidare y que espero que se vuelva a repetir, todas las veces que se pueda, durante el tiempo que me queda de vida.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

My Dark Light

Oscuridad, soledad, ahogado en un mar de gritos en mi cabeza que no cesaba, que ahogaban mi voz y la dejaban exiliada en el supuesto jamás al que nadie nunca llegaría.
Los gritos inexistentes dejaban su reminiscencia en mi, ahogándome, pero a la vez dándome una sensación de comodidad en la que nadie podría molestarme, me sentía satisfecho en ese entorno, mi entorno, en el que siempre había vivido, en el que estaban mis sueños e ilusiones, todos encerrados en esa eterna oscuridad.
Pero entonces penetrando en mi gélido y oscuro mundo, me bendecio  una luz oscura, nada cambio a simple vista, era mi oscuridad, mi mundo de siempre, pero una calida sensación choco en mi interior, un calor que nunca había experimentado al que iba unido una felicidad que nunca había degustado, que superaba gigantescamente a mi antigua idea de satisfacción, esa luz oscura que no había cambiado nada, pero a la vez me lo había cambiado todo, y me había vuelto adicto a ella, como si fuera nicotina, sentí que necesitaba esa luz, que desde ahora ya no podría vivir sin ella. Y ahora sigo mi luz oscura, intentando acercarme cada vez mas, ya que mi mundo ahora sin ella no me podía interesar.

martes, 23 de agosto de 2011

Nuevo pangea - 2

2 Fénix
Tras ayudarme a levantarme el chico del pelo de fuego arranco su lanza del pecho ardiendo de aquel monstruoso ser que hace unos segundos había intentado matarme, y echo a andar hacia el bosque, yo lo seguí pensando que mientras estuviera con él, estaría seguro. Mientras lo seguía me pude fijar en él, mas detenidamente, por su físico, podía deducir que tendría quince o dieciséis años, pero no era un chico normal, claro que no, ningún chico de quince años normal hubiera podido abatir a esas dos bestias, y tampoco podría desaparecer de la nada como lo había echo aquel chico, estaba claro que aquel muchacho no era humano, lo parecía en parte, pero ese pelo que tenia del color del fuego lo delataba, era algo que no conseguía comprender, parecía como si de verdad fuera fuego, ese pelo desprendía calor propio.
De pronto una brisa de aire fresco los golpeo, el chico del pelo de fuego, reacciono de repente, y me agarro del brazo haciéndome desaparecer junto a él. Seguía hay pero no me veía, me había vuelto invisible, no podía creerlo, iba  a gritar del susto cuando note que algo me tapaba la boca, era la mano del chico, de pronto me asuste, ¿Qué pasaba?,¿De que nos escondemos?, de pronto mire al cielo y vi pasar sobrevolando por encima de mí a 3 personas que surcaban el cielo como sus brazos expandidos acariciando la brisa, era increíble, como podía ser que alguien volara por si solo, no era posible, aunque claro, él en estos momentos era invisible y eso tampoco era algo que pudiera llegar a comprender. Después de cinco minutos, después de que se fueran aquellos hombres voladores, volvieron a ser visibles, y el chico siguió andando como si nada hubiera pasado, yo lo seguí, con más dudas y preguntas que nunca.
Tras una hora aproximadamente de viaje, el chico se paro frente a una gigantesca piedra de un color rojizo muy calido, toco con su mano derecha la piedra y pronuncio unas extrañas palabras que yo no era capaz de pronunciar, de repente la piedra se echo a un lado y desvelo unas escaleras subterráneas, el chico me miro y me izo una señal con el brazo para indicarme que le siguiera. A medida que bajábamos las escaleras, aumentaba de forma alarmante la temperatura, hasta que bajamos y vi al causante de ese cambio tan brusco, era una gran sala circular llena de lava, donde el único sitio para caminar eran unos caminos que se cruzaban en forma de cruz, y en medio del cruce había una gran zona circular, en el centro se situaba un octaedro alargado por las puntas de un color rojo cristalino, donde se apreciaba un núcleo de fuego intenso dentro de el. Junto al núcleo se apreciaba la figura de un anciano que lo miraba fijamente, hasta que nos escucho entrar y se giro para vernos, tenia el mismo pelo de color de fuego que el chico que me había salvado, y los mismo rasgos asiáticos, llevaba una tunica de piel roja igual que la del muchacho, el anciano se quedo quieto mirando como avanzábamos hacia él, hasta que llegamos a su lado en el centro de la sala junto a ese octaedro gigantesco, entonces él y el chico empezaron a hablar, yo los miraba fijamente pensando si de verdad estaba seguro ahí, ya no veía tan claro que hubiera sido buena idea seguir al muchacho, no comprendía porque le había llevado a ese lugar, si no le conocía de nada, quizás lo había traído para hacer algún tipo de ritual de sacrificio, ese sitio no podía ser para otra cosa, sino porque estaban rodeados de lava, ahora estaba casi seguro, esas personas querían matarlo, pensó en correr, pero sus piernas no le respondían, estaba paralizado por el miedo, y, “de todas formas” pensó, para que le serviría correr, ya había visto al muchacho usar esa lanza de fuego suya, que le hacia pensar que si corría, el chico no lanzara su lanza contra su nuca para evitar que escapara. De pronto los dos hombres con el pelo de fuego pararon de hablar, y fijaron sus miradas en mí, yo los observe tembloroso, el anciano me indico que tocara aquel octaedro rojo cristalino, ¿Para que quería que lo tocase? ¿Es parte del ritual para sacrificarme?, bueno de todas formas me van a matar, pensé, no pierdo nada por tocarlo, y lentamente levante mi brazo y lo extendí hacia el octaedro, poco a poco hasta llegar a tocarlo, en cuanto las yemas de mis dedos tocaron el cristal un fuego unas llamas se traspasaron por ellas hasta mi brazo siguiendo hasta mi cuerpo, recorriendo cada parte de mi ser, era una sensación calida, reconfortante, hasta podría decir que me gustaba, lentamente aparte la mano del cristal y me las puse sobre la cara, ¿Qué acababa de pasar? ¿Qué había echo? De repente aquel calor que sentía en esa sala llena de lava había desaparecido, y me sentía como describirlo, “vivo”.
-a funcionado –dijo el chico con una expresión de sorpresa en su cara
-creo que si –dijo el anciano en voz baja – ¿recuerdas quien eres?
De repente parecía que los entendía, como era posible que supieran hablar mi idioma
-quien soy –dijo perplejo a lo que acababa de pasar –esperar, ¿vosotros habláis mi idioma?
-No Fénix, tu hablas el nuestro –dijo el anciano –me llamo Berluk y él se llama Cristan –hizo una breve pausar para mirar la cara de Fénix que seguía sin entender lo que acababa de pasar, y continuo –Hace un siglo existió un formidable guerrero que con su valor ardiente protegía nuestro pueblo, pero, él, no era como nosotros, -prosiguió –no era de nuestro raza, no tenia ni el pelo del color del fuego ni nuestros rasgos faciales, pero sin dudarlo se arriesgo para combatir el mal que asolaba nuestro pueblo, ese guerrero llevaba una melena roja como la tuya y tenia los mismos ojos rojizos que tienes tu –hizo una pausa y le dijo con una sonrisa de orgullo en su rostro –su nombre era, Fénix.
Tras terminar de escuchar esto Fénix se desmayo del agotamiento.